“Estar o no estar conectados, esa es la cuestión”, parece ser la nueva versión de la famosa frase de Shakespeare en este mundo del siglo XXI, donde la tecnología es la reina omnipresente en casi todos los aspectos de nuestras vidas.
¿A qué nos referimos con el desconectar de las pantallas?
Hasta hace unos cuantos años, el cierre de la brecha tecnológica formaba parte de las promesas electorales de los políticos, quienes prometían que cada habitante tendría su propio ordenador con conexión gratuita a Internet, hasta muchas escuelas miden su nivel de prestigio por la cantidad de ordenadores y tablets que hay en cada sala de clases.
Pero en la otra acera vemos una corriente de personas millonarias que se opone a ello, a pesar de que tienen tanto dinero como para comprar cuántos smartphones quisieran.
Lo paradójico de todo es que los que hoy apoyan la tesis de vivir desconectados de las pantallas están en las grandes élites, es decir, personas acaudaladas de dinero que no quieren que sus hijos sean esclavos de la tecnología.
De hecho, Steve Jobs sacudió al mundo a través de una entrevista que concedió en 2010 a The New York Times, cuando afirmó que ni siquiera sus hijos utilizan iPad, su propio producto estrella y que limitaba a sus cuatro hijos el contacto con la tecnología.
Y así, cada día ha aparecido algún otro prominente empresario u hombre de negocios afirmando que sus hijos no poseen móvil o que les regulan la cantidad de horas que se conectan al único ordenador que hay en sus lujosas mansiones, que ubican en la sala común para mayor control.
¿Qué está pasando?, ¿Por qué las grandes élites se oponen a la tecnología?, ¿Será que conocen algún “terrible secreto” que desconocemos la gran mayoría de los mortales?
No Ser Esclavos de la Tecnología
No se trata de alguna conspiración de grupos “illuminatis”, ni mucho menos que estas élites sean tacañas con sus hijos para no comprarles la tecnología que el resto sueña tener, sino que simplemente conocen lo peligrosamente adictiva que es la tecnología y tratan de proteger a sus hijos de los peligros que hay en ella: acoso, bullying, ideas sectarias, entre otras.
Las élites hacen los mayores esfuerzos para que sus hijos aprendan a vivir, a interactuar con el mundo real y que aprendan a dar el uso y tiempo adecuado a la tecnología hasta que tengan edad suficiente para tomar sus propias decisiones, que en muchos casos suele llegar cuando entran a la secundaria.
¿Cuáles son los peligros que encierra la tecnología?
Realmente la tecnología en sí misma no es mala sino el mal uso o abuso que se hace con ella y eso es lo que las élites tratan de evitar para sus hijos.
Pero aquí entra una gran contradicción, quienes la prohíben son esclavos de la tecnología, entonces las grandes élites no quieren que sus hijos caigan en las mismas redes que ellos, algo similar a un fumador que prohibiera a sus hijos que fumen.
Según informe de Unicef titulado “Los niños y niñas de la brecha digital en España” señala que el 88,3% de los niños de familias que ganan alrededor de 900 euros mensuales tienen acceso a Internet y la cifra aumenta a 98,3% en las familias más acaudaladas.
Esto quiere decir que casi todos los niños españoles están expuestos a todo lo que se ve en internet: pornografía, abusos, bullying, ideologías sectarias, intereses comerciales, etc.
No es de extrañarse entonces, que cada cierto tiempo aparezca alguna “moda inofensiva” como el famoso “reto de la ballena azul” que supuestamente condujo al suicidio de muchos adolescentes (aunque algunos aseguran que dicho reto fue, en realidad, un mito).
Los Peligros de la Tecnología
Veamos algunas de las razones por las cuales los dueños de grandes empresas multinacionales tratan de evitar que sus hijos se sobreexponen a la tecnología:
Internet es muy adictiva, tanto como las drogas, el alcohol o el tabaco. Unicef estima que uno de cada tres niños en el mundo de hoy tiene acceso a Internet. Vivir hiperconectado a internet significa perder contacto con sus propios familiares y amigos, es preferir estar conectado a una pantalla que ver el rostro de sus padres.
El mismo informe de Unicef añade que el 32% de los españoles menores de 16 años han sufrido de acoso sexual y bullying en Internet. Los más afectados son gitanos, inmigrantes, discapacitados y LGTB, es decir, los más vulnerables de los vulnerables.
Y así como esto es cierto, para nadie es un secreto que la gran mayoría de los padres de las élites acaudaladas viven tanto tiempo ocupados en sus actividades que apenas ven a sus hijos, entonces, ¿cómo hacen para evitar que ellos sean víctimas de los peligros que hay en Internet?
Muchas veces toman medidas drásticas como prohibirles el uso de smartphones, limitar la cantidad de Internet al día y hasta reducir la cantidad de ordenadores, televisores y cualquier aparato tecnológico haya en su casa, incluso algunos padres prohíben terminantemente a sus hijos ver Internet si ellos no están presentes.
Muchos pudieran decir que estas medidas son extremistas, pero ante tanto riesgo que hay en Internet las élites buscan emplear métodos “a la antigua” para desconectarse de las pantallas.
Pero, ¿cómo hacen con las escuelas? La mayoría de las escuelas del país se valen de la tecnología para impartir sus clases. En estos casos, muchos padres se aseguran con los profesores de que sus hijos solamente utilicen el ordenador exclusivamente para fines académicos y dentro de las horas de clase.
Todo indica que la tecnología y las élites no se llevan bien aunque sea contradictorio, pero hay muchas razones para desconectar de las pantallas y vivir más el mundo real.